El cuerpo. La araña.

Pedro Tauzy

 

La persona intuyó a esa araña (arañita) caminando sobre su cuerpo.
La sopló.
Esa araña simuló haberse ido arrastrada por ese viento parido.
Pero entre las grietas de una mirada inconsciente fijó su tela para dejar sellado el arraigo con esa piel.
A la persona, ciega de espíritu, le sorprendió volver a verla. La volvió a soplar.
Y se fue.
Y la volvió a ver.
Y la araña simulaba irse.
Y volvía.
Así es como asistimos al simulacro del “desapego y la libertad”.
Somos la persona y somos la araña.
Ser. Parecer. Aparentar.

 

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