Candelaria Pérez Berazadi
amasar un río
o tocar el centro del cerebro
con la punta de los dedos
abrazar el fondo
y hundirse en pedazos de barro
en algún lugar perdido
y encontrar de pronto ahí
una rama florecida
caminar descalza
en medio de una lluvia torrencial
y embalsamarme con los árboles
ahora cierro los ojos
y no los abro de nuevo
porque se pegaron al sueño
ese otro plano imprevisible
donde cuelgan pedazos de agua
ahora no hay más que eso
solo párpados enjutos
y la tierra que habla